Metro: no habrá culpables

En cualquier lugar del mundo, los actos de irresponsabilidad de los servidores públicos se pagan. En el momento de la Cuarta Transformación, eso no ocurre. Podemos adelantar sin equivocarnos un milímetro, que el desplome de un puente que soportaba el paso del Metro, entre las estaciones Olivos y Tezonco y que dejó alrededor de 30 muertos y casi 80 heridos, quedará impune.
El lamentable accidente del que el Presidente dio pésame a las víctimas en una ’mañanera’, ocurrió en lunes en la noche. Algunos piensan que de haber sido en el día, la tragedia hubiera alcanzado un número mayor de muertos y lesionados.
Si el responsable de la construcción de esta línea no hubiera sido el canciller Marcelo Ebrard, seguramente el Presidente hubiera aprovechado para despotricar sin cansarse, en contra de los neoliberales del pasado, corruptos e irresponsables, que construyeron una línea del Sistema de Transporte Colectivo sólo para robarse todo lo que pudieron y que se buscaría un castigo ejemplar para los responsables.
Al día siguiente de la tragedia se limitó a decir en su conferencia que se hará una investigación a fondo y a dar el pésame a las familias de los que perdieron la vida en el lugar de los hechos.
Que Marcelo Ebrard permanecerá intocable en cualquier sentido, sin pretender responsabilizarlo desde estas líneas, salvo en lo que le corresponde desde que surgieron las acusaciones a causa de haberse encontrado miles de fallas en la construcción, que lo obligaron a dejar el país para refugiarse en Francia, es el tenor de la actual administración. Valgan los casos de corrupción de Irma Eréndira Sandoval, del hermano Pío, de Bartlett y otros, que ya sentaron una línea de conducta.
En los días de la construcción, Ebrard era jefe de Gobierno. En 2013 comenzó a saberse de las fallas de la construcción. Joel Ortega, director del Metro, señaló que habían sido encontradas 11 mil fallas en toda la ruta y fue necesario cancelar el servicio. Se habló de que el costo de la obra emblema de su gobierno, sería de unos 17 mil millones de pesos, pero terminó con 60 por ciento arriba.
Para evitar una acción legal en su contra, Marcelo pretendió convertirse en diputado federal por la vía plurinominal y así obtener fuero. Pero el Tribunal Electoral le negó el acceso y entonces no tuvo más remedio que desaparecer, para ser vuelto a ver años después, cuando Andrés Manuel López se convirtió en candidato por tercera vez, a la Presidencia de la República.
Hoy, los funcionarios de la 4T son impunes. Tienen permiso de cometer todos los delitos que puedan y permanecer impávidos. El redentor de Palacio tiene el poder de ordenar una ’investigación’, mediante la cual se les absuelve de cualquier culpa.
Casos hay de sobra, como las enumeradas líneas arriba, además de muchos otros que quedan al margen de una ley que no existe para los infractores, siempre y cuando estén en la gracia del que manda.
Por cierto, en el asunto de la Línea 12 del Metro también se mencionó en aquellos días, a Mario Delgado, actual presidente de Morena. Fungía como tesorero del gobierno de la Ciudad de México y forzosamente conoció del flujo de dinero durante la obra magna.
Ahora, ante los hechos de la noche de este lunes, tanto Ebrard como Delgado se dicen dispuestos a comparecer ante cualquier autoridad y a enfrentar cargos que habrán de desvanecerse. Se saben protegidos y conocedores de que permanecerán impunes, en caso de que las investigaciones arrojen datos de negligencia, provenientes del pasado, si es que no son exonerados desde las mismas indagatorias.
Desde 2017, vecinos de la zona del accidente denunciaron temor de un desplome, debido a que observaron grietas, luego del temblor del 19 de septiembre de ese año. Nadie entre los actores involucrados, como la señora Sheinbaum, tuvo el cuidado de ordenar una inspección. Pero no habrá culpables.
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