Médula
Por Jesús Lépez Ochoa
El que el PRI haya votado a favor de la creación de la Guardia Nacional en la Cámara de Diputados causo encono entre el ala radical del obradorismo, la misma que no ha querido entender a Andrés Manuel López Obrador en su nuevo y muy correcto papel conciliador como presidente de todos los mexicanos.
Tampoco pueden digerir que sus adversarios políticos, a los que no dejan de ver como enemigos voten a favor de las iniciativas del nuevo gobierno, como si desearan vivir en un México confrontado donde los grandes cambios no avancen aun cuando sean los que promueve el propio Obrador con tal de prolongar el odio a las demás fuerzas políticas.
En el programa Si me dicen no vengo del periodista Joaquín López Dóriga, el gobernador de Guerrero, el priísta Héctor Astudillo Flores quien se ha distinguido por apoyar sin medias tintas las medidas del presidente, destacó que el PRI no podría haber votado de otra forma debido a que la seguridad pública es el problema que más preocupa a los mexicanos y que la situación extraordinaria de violencia requiere de soluciones extraordinarias como es la guardia nacional, que sí tendrá mando militar pero finalmente éste estará sometido al mando civil que es el presidente de la República.
En el Senado también hubo la colaboración del PRI para la designación de Alejandro Gertz Manero como el primer fiscal general del República. El senador priísta Manuel Añorve Baños dijo que se votó por un Fiscal decidido a cumplir con su deber, sin sometimiento al Ejecutivo Federal y confió en que el Fiscal General de la República, haga valer su autonomía, que no se vea como un empleado del Presidente, sino como un abogado al servicio del pueblo mexicano.
Pero no solo en el ámbito legislativo, en el Ejecutivo también se ha dado una buena coordinación entre la federación Morenista y el gobierno priísta de Guerrero, y comienza a rendir frutos en el ámbito de la seguridad pública.
Un ejemplo reciente es el rescate de cinco jóvenes retenidas por un presunto tratante de blancas en Chilpancingo, en una operación en la que participaron militares y policías federales y estatales, según informó el fiscal de Guerrero Jorge Zuriel De los Santos Barrila.
No debe espantar a nadie que existan coincidencias entre las fuerzas políticas para sacar adelante las reformas del nuevo gobierno, ni que éste y los estados y municipios gobernados por la oposición colaboren entre sí como debe suceder en la normalidad democrática, porque eso, finalmente, se llama democracia, algo que deben entender quienes se dicen defensores de la llamada Cuarta Transformación de México, y se están convirtiendo en los peores enemigos de ésta.
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