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Alejandrina Saguchi Q.
El considerar a las adicciones como una enfermedad es atacar el problema desde su causa, que implica la implementación de tratamientos adecuados que permiten de una manera más efectiva, su combate en aras de construir una sociedad más libre de adicciones en favor de la salud de las personas.
La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, y el Secretario de Salud, Adrián Medina Amarillas, dieron a conocer recientemente que se está trabajando en el combate a la adicción a las drogas con este nuevo paradigma que concibe al adicto como un enfermo, por lo que se ejerce un presupuesto que brinda la posibilidad de atenderlos para reintegrarlos a la sociedad.
Se acabaron los tiempos donde se concebía a los adictos como un peligro y seres despreciables que atentan contra la seguridad y sana convivencia, estigmatizados como delincuentes y huéspedes frecuentes de las penitenciarías consideradas por muchos como escuelas para delinquir.
Ahora los Centros Penitenciarios de Baja California son inspeccionados por organismos internacionales donde el de Ensenada y el Hongo de Tecate. han sido certificados.
En efecto, ahora son vigilados sobre el respeto a los Derechos Humanos, asi como la calidad de la alimentación e higiene de las instalaciones, los programas de capacitación educativa y para el trabajo, donde se destaca que un grupo importante de Personas Privadas la Libertad, cursan carreras universitarias que les permitirá una reinserción exitosa a sus familias y a la sociedad.
Sin embargo, el tema rebasa el ámbito meramente estatal e incluso nacional. Desde luego que es un importante avance, pero la solución definitiva demanda mucho presupuesto y voluntad política, porque tiene que ver con proporcionarle tratamiento gratuito a los enfermos y una coordinación con las instituciones de seguridad de los Estados.
En una sociedad como la nuestra inserta en el ’capitalismo salvaje’ nos obliga a ser competitivos para obtener ’el éxito’, donde ’el pez grande se come al chico’, y donde frecuentemente se pierden los valores de fraternidad, solidaridad y compasión, entre otros, que nos hacen más humanos.
De tal manera, que la competencia se hace presente en los programas de gobierno y en la sociedad toda como una forma de vida.
Me dijo un político ’neoliberal ’ tratándose de los programas de gobierno dirigidos a los jóvenes: ’tenemos un presupuesto limitado para apoyar a los jóvenes, de tal manera, que no hay suficiente dinero para ayudar a los que caen en la adicción a las drogas y quienes por su propia voluntad se autodestruyen. Lo poco que se tiene es para los que están estudiando y compitiendo entre ellos.
No olvidemos como los señalo Erich Fromm, a mediados del siglo pasado en su libro Psicoanálisis de la sociedad contemporánea: ’vivimos en una sociedad enferma de violencia y de valores’. En su tiempo era solo el alcoholismo, ahora son drogas mucho más fuertes y nocivas.
De tal manera, que estamos obligados a adquirir consciencia de la realidad donde la competencia entre las personas y las empresas, nos ha hecho menos solidarios, más ingratos y menos sensibles; es decir, menos humanos.
Es importante el nuevo paradigma anunciado por Marina del Pilar, pues no es cosa menor que en su gobierno se considere al adicto a las drogas, en lo que verdaderamente es: Un enfermo que debe tener la oportunidad de curarse y retomar su vida.