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Peor que Peña...es demasiado

Peor que Peña...es demasiado
Política
Diciembre 12, 2024 19:09 hrs.
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Armando Ríos Ruiz › tabloiderevista.com

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Para muchos no era necesario por sabido. Pero dicho por una institución de prestigio, cobra importancia la aseveración de que el sexenio de AMLO fue más corrupto que el de Peña y esto es bastante, porque el penúltimo sentó base en el combate a la corrupción, que serviría como comparación de la podredumbre en que vivíamos y la limpieza a la que fuimos transportados en sólo seis años.
La Asociación denominada mexicanos Contra la Corrupción, dedicada a hacer investigaciones y análisis sobre el tema, determinó lo anterior, que muchos vimos desde el principio hasta el final y que, sin embargo, otros se negaron a advertir, incluidos algunos que alcanzaron un título universitario e inclusive maestrías, con el rechazo tajante a las evidencias sobre las actitudes reprobables.
El lema de combate a la corrupción resultó un fiasco. Una farsa concebida para atrapar las débiles conciencias de los chairos que aún ofrendarían la vida por defender a su dios tabasqueño, escondido en alguna madriguera, para evitar que las indagatorias de las autoridades de Estados Unidos, enriquecidas por las declaraciones que dicen, ya ha hecho el capo de capos, Ismael Zambada, se conviertan en una bola de nieve y acabe con su libertad.
Los actos de corrupción comenzaron inclusive antes de tomar posesión, cuando el aún Presidente Peña Nieto abandonó el barco y permitió que su sucesor tomara el timón, que implicó la destrucción del nuevo y moderno aeropuerto, que estaría a la altura de los mejores del mundo y decidió sustituirlo con una central camionera de cuarta, como su cuarta transformación, que significó una pérdida de medio billón de pesos y la venta de todo lo que pudieran vender sus hijos.
Toda esa podredumbre aumentó con la abierta y cínica amalgama de gobierno y crimen organizado, así como con la inmensa cantidad de muertos jamás registrada en toda la historia de este país, a pesar de haber sufrido la presencia de emperadores y de una dictadura de 40 años, como la de Porfirio Díaz, tal y como la desea con vehemencia este fenómeno de político, en el sentido de pretender lo peor que algún ser viviente pudiera desear para sus semejantes.
La institución de referencia documentó, asimismo, los excesivos gastos en la construcción de la refinería de Dos Bocas, ya inaugurada desde los tiempos del aspirante a dictador y que, curiosamente, en este momento no refina ni agua de río. Se supo inclusive, que la gasolina refinada era llevada en buques cargados de combustible para simular que ya empezó a funcionar.
El Tren Maya se convirtió en la ola destructiva de una de las selvas más importantes del mundo y la segunda en América Latina, con el exterminio de múltiples especies y con la aniquilación de árboles centenarios, que producían madera fina. Los hijos del ex Mandatario se encargaron de suministrar balastro de ínfima calidad, que provocó el descarrilamiento del mismo, gracias a Dios, a mínima velocidad. También vendían gasolina adulterada, o Huachicol (gasolina robada), con ayuda de soldados de nuestro querido Ejército nacional.
Seguramente nadie antes había superado a Peña Nieto en esos menesteres de corrupción. Pero siempre hay uno mejor que otro, como ocurría en el viejo Oeste, en donde el tirador más diestro encontraba a un rival superior. El tabasqueño resultó digno adversario de su antecesor y lo rebasó en todo. ¿Se acuerdan de Segalmex? Tenía que ser el fraude más grande, en el milenario devenir de nuestro país, tan abusado a través del tiempo.
Pero no sólo se llevó las palmas de sus admiradores por los hechos anteriores. También heredó a México a la sucesora, meticulosamente escogida por su brillante inteligencia. Igual a los mismos funcionarios que lo acompañaron en sus correrías y que no pueden dejar de exhibir sus malas mañas.
Como la que escenificó Alicia Bárcena, secretaria del Medio Ambiente y ex canciller del ex jefe de jefes, quien dispuso del Museo Nacional de Arte (Munal), para el casamiento de su empleado, Martín Borrego, con otro del mismo género. Despedido ya, porque el hilo siempre se rompe por lo más delgado.
ariosruiz@gmail.com

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