La Pandemia 2ª Parte

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Turismo
Marzo 25, 2020 17:46 hrs.
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Jorge Laurel González (JLG) › codice21.com.mx

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Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, Julio César encontró al vidente y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado»; a lo que el vidente contestó compasivamente: «Sí, pero aún no han acabado».

Plutarco (Historiador griego 46-120)

En la entrega anterior, habíamos comentado algunos antecedentes de las pandemias, todas ellas producen no solamente la enfermedad y la muerte de un gran número de la población, sino que viene aunado a ello el estancamiento de la economía. Para escribir este artículo hicimos una revisión exhaustiva de los antecedentes de otras pandemias, al tiempo que nos centrábamos en el análisis de los índices macroeconómicos de la actual. Un estudio de los consultores KPMG del Reino Unido, nos sirvió de base, para intentar hacer un ejercicio de prospectiva de lo que nos puede deparar el futuro cercano.

Existe una relación inversa entre intentar aplanar la curva de casos y el costo económico. El aplanamiento de la curva de carga de trabajo en hospitales es crítico, pero conlleva un costo económico si no se toman otras medidas. Incluso con asistencia gubernamental sustancial, las recesiones pueden ser inevitables ya que los niveles de deuda son simplemente demasiado altos para evitar el ajuste de cuentas. Lo anterior es aún más peligroso en las economías de riesgo, la deuda de los mercados emergentes se ha más que duplicado en muchos países, ya que las secuelas de la crisis financiera marcaron el comienzo de una era de rendimientos de bonos bajos y negativos, aparentemente indefinidamente. Hong Kong, México, Singapur, Turquía, Indonesia y Brasil tomaron prestadas cantidades sustanciales de deuda denominada en dólares en relación con su PIB; las depreciaciones en sus monedas y en muchos de sus productos básicos harán que sea más difícil cumplir con las obligaciones de deuda. En el caso especial de México, que es lo que nos debe de interesar más, aunque el ajuste económico será global, tenemos el agravante que la guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudita y Rusia, ha depreciado el valor del barril del petróleo a niveles muy inferiores de los considerados en nuestro presupuesto. Por lo que tendremos una mayor dificultad para hacer frente al servicio de la deuda, que además se va a encarecer en términos relativos y absolutos.

Desde la época romana hasta la moderna, la expansión de la deuda es una forma tradicional de hacer crecer las economías. Las economías que expanden la deuda, ya sea demasiado rápido o demasiado, eventualmente enfrentan mayores primas de riesgo; eso es mayores costos de endeudamiento. Los costos de endeudamiento más altos ralentizan el crecimiento y pueden conducir a un círculo vicioso de endeudamiento como el mundo experimentado en la crisis financiera mundial. Las perturbaciones adversas también pueden retrasar el crecimiento, lo que puede ser problemático ya que los niveles de deuda ya no son sostenibles a una tasa de crecimiento más baja. Este es uno de los principales problemas macroeconómicos en México. A eso le debemos de sumar la falta de confianza de los inversionistas, que se detonó desde la cancelación del Aeropuerto Internacional de Texcoco y que remata ahora, con la cancelación de la planta en Mexicali de Constellation Brands, por medio de una consulta donde participó el 3.5 % del padrón de votantes.

Produciendo, si esto fuera posible, una mayor desconfianza del inversionista a depositar sus activos en México, dado que la conducción sui generis, que hace el gobierno federal en el tema de permisos y revocación de los mismos.

Los analistas calculan que la economía de los Estados Unidos, tendrá un crecimiento negativo en 2020, de alrededor de 4 %. Quien considera que México tendrá a su vez un decrecimiento de tan solo 4.5 % son optimistas, este podría llegar fácilmente a un 6 %.

El mayor impacto se deberá a un menor consumo, una inversión empresarial más débil (a medida que las empresas adoptan medidas de precaución debido a la elevada incertidumbre) y una menor acumulación de inventario derivada de un shock de oferta combinado y una demanda debilitada.
Esperamos ver una respuesta fiscal firme del gobierno federal a medida que la situación de COVID-19 se deteriore aún más, pero en el mejor de los casos esto dará como resultado una menor recesión, de la que se presentaría si el gobierno no hace nada (que hasta el momento pareciera ser su estrategia) en ninguno de los dos rubros, que son, prepararse para la atención médica de la pandemia y promover medidas económicas que puedan incentivar el consumo, haciendo uso de los recursos del FONDEN y de las reservas internacionales, en una medida enfocada a evitar el colapso económico total.

El gobierno ha apostado a minimizar el problema, lo que ha producido incluso enfrentamientos en el manejo de la crisis con nuestro vecino del norte. Todos los indicadores demuestran que la recesión es imposible de detener, en sectores como el automotriz, las ventas se han caído a sus niveles más bajos en décadas, la industria hotelera y restaurantera también está sufriendo ya y sufrirá aún más, debido al distanciamiento social que será necesario aplicar para reducir a límites manejables la expansión de la pandemia.

El distanciamiento social causará una gran caída en el gasto discrecional, probablemente de un 30% en marzo, 75% en abril y 45% en mayo, (comparando con 2019) suponiendo que el distanciamiento social pueda concluir a fines de abril o principios de mayo. La pérdida de empleos para los mexicanos más vulnerables probablemente también causará una disminución en el gasto no discrecional. La asistencia federal debe de ayudar, si es que se aplica, pero es probable que se produzca demasiado tarde, de tal medida, que sea inevitable una fuerte caída en el gasto.
Según un artículo del economista de UC Berkley, Gournichas, si el 50% del mundo está infectado, el 1% del mundo, 76 millones de personas morirían. Esta suposición se basa en las camas de cuidados críticos disponibles y una mortalidad del 2%. Una respuesta política sólida incluye medidas que retrasan y reducen el número máximo de casos nuevos para evitar que el sistema de atención médica se desborde. La investigación en curso para un tratamiento más efectivo y una posible vacuna no resuelve el problema inmediato de la capacidad del sistema. El tema del coronavirus, seguirá dando mucho material para análisis de todos tipos, será material sin duda de varias tesis doctorales, por el momento lo único que podemos hacer nosotros es cuidarnos, cuidar a nuestros seres queridos, sobre todo a nuestros mayores, ya que en los mayores de 70 años, la mortalidad llega hasta el 17 %.

Un consejo que tal vez pudiera ayudar y que fue ampliamente difundido por Corea del Sur, uno de los países que con mayor efectividad han podido limitar la pandemia. Aprendan a utilizar en la medida de lo posible su mano no dominante (la izquierda, para la mayoría de la población). Abran puertas y manejen su dinero con esta mano, es más improbable que nos llevemos a la cara la mano no dominante. De esa manera, agregamos un plus a nuestra protección.
Mantengámonos unidos y recuerden que este no es un momento de tratar de capitalizar estos temas de manera política, hacerlo sería vil y despreciable, es tiempo de trabajar todos, sin distingos, con un solo objetivo: sacar adelante a nuestro país.
Recuerden que solamente Juntos Logramos Generar: Propuestas y Soluciones.
JLG

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