Maullidos Urbanos
Gato de Barrio
En pleno Siglo XXI, cuando las mujeres avanzan en la conquista de sus derechos políticos y sociales, que las coloquen en condiciones competitivas de género, la religión musulmana ha llegado a extremos casi increíbles, ya no solo las limitan a evitar que estudien y se preparen para poder ser independientes, ahora resulta que incluso se emitió la prohibición para aparecer en anuncios comerciales.
Sucede que en Irán se difundió el video de un comercial de una joven mujer, quien viste un hiyab holgado, es decir la tradicional ropa asignada al sexo femenino pero en esta ocasión de manera muy informal, y tras conducir un automóvil se detiene y disfruta al morder una paleta helada y lo subraya con una gran sonrisa.
Pero este video provocó el enojo de un gran número de clérigos iraníes, quienes pidieron a los funcionarios demandar al fabricante local de helados Domino y tras un rápido análisis, se dictaminó que el comercial iba en "contra la decencia pública", y se le consideraba un insulto a "los valores de las mujeres".
Por tal motivo, el Ministerio de Cultura y Orientación Islámica de Irán, anunció una ley que prohíbe que las mujeres aparezcan en comerciales, incluso mediante una carta enviada a las escuelas de arte y cine del país, se les notifica que según las "reglas de hiyab y castidad", desde ahora la presencia de mujeres en anuncios queda prohibida.
En el mensaje se destaca que estas disposiciones se ajustan a las resoluciones del Consejo Supremo de la Revolución Cultural, las cuales se basan en las leyes y reglamentos de publicidad comercial, para prohibir cualquier "uso instrumental" de mujeres, hombres y niños.
La prohibición se sucede en medio de un fuerte debate social sobre la aplicación de este polémico código de vestimenta, pues muchas mujeres iraníes, quienes utilizan el hiyab por elección, ahora por medio de las redes sociales rechazan la obligatoriedad del código.
Recuérdese que en Afganistán, con el apoyo del gobierno talibán, los fundamentalistas islamistas existen severas restricciones a las mujeres de cualquier edad para someterlas a su concepción integrista del islam, que comprende su no asistencia a escuelas, excluirlas de la mayoría de empleos públicos y no realizar largos viajes sin la compañía de un familiar hombre.
Afortunadamente para las mujeres, esas limitaciones se concentran en sitios muy específicos y de ninguna manera los islamistas podrán evitar que las mujeres no pidan, sino exijan poder ejercer libremente todos sus derechos, al igual que los hombres, Ni más ni menos.
