Postigo
José García Sánchez
Ser optimista respecto a la inversión extranjera directa o indirecta es una ingenuidad, que esa aparente ingenuidad la padezca el líder de los mexicanos habla de la mala situación que vive México.
Enrique Peña Nieto aseguró que México ha logrado en lo que va del actual sexenio una cifra histórica de Inversión Extranjera Directa de 156,000 millones de dólares. La cifra es 52% mayor a lo reportado en el mismo periodo de la administración anterior, indicó el mandatario.
La inversión extranjera tiene resultados reales muy relativos, porque no ofrece empleos dignos, al contrario; es la falta de prestaciones laborales y los salarios más bajos del mundo lo que motivan el crecimiento de esta inversión que no arroja beneficios a los mexicanos, sólo sirve para nutrir discursos optimistas cuyas cifras sólo se suman a las ventajas de los inversionistas de otros países.
Son muchas las ventajas que tienen los extranjeros que invierten en México, se les perdona el pago de impuestos hasta por cinco años, se les permite dañar el ambiente de manera irreversible, se les ofrece mano de obra calificada muy barata, se les regala el terreno, se construyen viviendas para sus trabajadores gratuitamente, etc.
Pero la ganancia mayor de estas empresas, como en todas, está en la los bajos salarios que pagan en México, que llegan a grado tal que en la forma del segundo capítulo del drama del TLCAN
En las últimas mesas de debate de este capítulo renovado del tratado, está el de los salarios, para la Unifor, uno de los principales sindicatos de Canadá, que incluye a las industrias automotriz, energética y de telecomunicaciones, los bajos salarios en México provoca el cierre de empresas. ’El problema de México es que sus negociadores se niegan a revisar los salarios, son tan bajos que no podemos competir’, dijo Jerry Dias, líder sindical.
El líder sindical agregó que el problema de México es que sus negociadores se niegan a revisar los salarios. ’Son tan bajos que no podemos competir’, dijo Jerry Dias durante las mesas de negociación.
No sólo Canadá está interesado en el tema de los salarios en México, el pasado 7 de agosto, Bloomberg, aseguró que Trump, podría lograr que en las renegociaciones del TLCAN los trabajadores mexicanos obtengan un aumento salarial sustancial.
’Trump quiere evitar que las empresas estadounidenses se trasladen a México, donde los trabajadores ganan la cuarta parte de los salarios de sus pares de Estados Unidos. Cerrar esa brecha podría convencer a las firmas estadounidenses de quedarse en su país’, señaló el medio especializado en negocios.
México se ubicó en el último lugar de los 35 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. La mano de obra fue la peor pagada durante 2016.
A través de las negociaciones del TLCAN, los funcionarios estadounidenses impulsan los salarios más altos y mejores condiciones laborales para los empleados mexicanos.
El trabajo mexicano se paga en promedio de 14.63 dólares, muy por abajo de la media, la cual es de 50.21 dólares. Los trabajadores mexicanos ganan menos que los de Chile, donde se paga en promedio 20.51 dólares, Letonia, (25. 38) y Eslovaquia 29.9, reveló un informe publicado por la OCDE en abril pasado.
Pero para Enrique Peña Nieto los salarios no importan mientras se aparente que llega dinero fresco a México, sin hablar de lo que se entrega a cambio, además de los salarios de hambre que se pagan en nuestro territorio.
Así, el jefe del ejecutivo pondera que 156 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa, representan una cifra récord y añadió que ’El país se proyectó al mundo como una nación más atractiva en donde invertir, sobre todo en diferentes sectores de la economía como el energético y las telecomunicaciones.
Lo cierto es que si México quiere seguir dentro del tratado de Libre comercio de américa del norte debe aumentar sustancialmente los salarios delos trabajadores. No hay de otra, y ante esta simple posibilidad esa victoria económica que aparenta ser la inversión extranjera se desinflará, porque los sueldos de hambre que se pagan en México afectan ya a los socios y al comercio mundial, por ser salarios inhumanos.