El voyerista

¿Tan lejos de Dios y tan cerca de…?

 ¿Tan lejos de Dios y tan cerca de…?
Periodismo
Marzo 18, 2020 21:20 hrs.
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Por Alfredo Guzmán › guerrerohabla.com

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Ni siquiera en mis noches de insomnio, derivados del complejo mecanismo que es mi mente en blanco, al estilo Kalimán, pude imaginar una condición tan complicada para el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y su gabinete, a tan solo 15 meses de su gobierno de 6 años. Aunque hay optimistas que suponen que hasta se podrá reelegir.
Escenario financiero, social y político inédito, complejo, incierto y de pronóstico reservado.
Iban tan bien las mañaneras manipuladoras. Las bromas que todo el séquito festejaba, los dislates y el manejo estratégico de la agenda, que quienes conocemos de la comunicación política, sabemos que no había forma de contradecir al que hacía alarde de tener relación y contacto directo con Dios.
Y la naturaleza, que no Dios, pues no lo concibo castigador, fue quien hizo ver la otra realidad.
Pero a la circunstancia crítica de un virus aún sin cura, se le acumularon los errores recientes.
Sin crecimiento, sin medicinas, sin dinero, con una violencia desatada, peleado con empresarios y enfrentado a partidos políticos a los que derrotó y a quienes les ha endilgado epítetos como corruptos, Conservadores, Traidores a la Patria, Neoliberales, huachicoleros y responsables de la violencia que hoy vivimos.
Y si a esto le sumamos un escenario financiero mundial crítico, como devaluación del peso, desplome del precio del petróleo y la Banca internacional inestable y sin control.
Podemos establecer que ’éramos muchos y con hambre y parió la abuela’.
Con estas circunstancias, el proyecto, que aún no se conoce, pero que algunos suponían transexenal, empieza a tener tropiezos y una condición compleja para siquiera despegar.
Sin ser adivino, Santa Lucía, Dos Bocas, Tren Maya y el sistema ferroviario que uniría al Golfo con el Pacifico, se está esfumando como niebla al salir el sol. Las becas a los que no trabajan, ya se suspendió, pues no hay forma de seguirlo promoviendo.
Y si se mantienen actitudes como que al Presidente nada le puede pasar, que desdeña políticas sanitarias, como no al abrazo, no al saludo y mucho menos besos. Y al elemental uso del gel, tenemos en puerta, una posible crisis constitucional, en caso de que se pueda enfermar.
El Presidente es humano como yo y tuvo en otro momento un infarto. Tiene 66 años y debe ser hipertenso.
Debemos cuidarlo. Como debemos cuidarnos todos, con acciones preventivas contra el Coronavid-19. No puede, ni debe andar en vuelos comerciales. Ni en actos políticos masivos. Su seguridad, es la nuestra.
Habrá tiempo de seguir buscando soluciones a las problemáticas sociales del país. Habrá tiempo de seguir discutiendo la corrupción que hoy sigue imperando en todos los actos del gobierno actual.
Ahora nos obliga la responsabilidad de los tres niveles de gobierno, para aislar el virus y ganarle la batalla temporal, porque hoy es el Coronavid-19, mañana será otro.
El Presidente debe cerrar filas, terminar con su estrategia de dividir al país. De hablar de Fifís, Neoliberales, Conservadores y enemigos de la Patria. Si quiere alcanzar estabilidad social.
Es decir, mañana puede, en caso de que sobrevivamos a esta catástrofe sanitaria, seguir atacando a los que supone enemigos y planificando que su partido, siga en el poder, regalando dinero a quienes no laboran.
Destruyendo las acciones de los gobiernos pasados, que supone, contrarios a su política.
Como hizo al tirar miles de millones de dólares, al abandonar y cerrar un proyecto de aeropuerto, moderno, al que ha dicho que se fincaba en la corrupción, pero no hay nadie preso por eso.
Esos errores acumulados, hoy pesan más.
La nave es de todos y ahí vamos todos.
Al tiempo.

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