Veracruzanos sin gobierno

No es lo mismo ostentar un cargo público durante las glorias del sexenio pasado, que gobernar, ya sea desde la Presidencia de la República o un estado. Cualquiera. Inclusive un niño podía desempeñarse en el lugar más importante y complejo, porque el Presidente era quien disponía, aunque jamás resolvió ningún problema. Al contrario, los creo de manera indiscriminada.
Por eso menudearon los llamados floreros, como la ex ministra Olga Sánchez Cordero en Gobernación, la bisoña Luisa María Alcalde en la Secretaría del Trabajo y muchos más. La inmensa mayoría en el Congreso apenas sabía leer. Sólo medio rebuznar y levantar la mano sin saber por qué.
Nadie estaba obligado a demostrar ni inteligencia ni preparación ni experiencia ni raciocinio. Por eso hoy vivimos en un país peligrosamente degradado, con una herencia nefasta que la sucesora se ha empeñado en conservar. Con alabanzas al maestro, que aún la mantiene plegada a sus designios de altísimos riesgos.
Refleja una angustia gigante, engendrada por su misma incapacidad. No es la única. Todos los morenistas se han propuesto llevar al país, ahora sí al desfiladero. El senador emecista, Luis Donaldo Colosio, exigió a los gobiernos federal y estatal, acciones inmediatas de seguridad para el estado de Veracruz, en donde las autoridades han abandonado su responsabilidad.
Obviamente, la gobernadora Rocío Nahle fue muy buena para administrar la construcción de la refinería de Dos Bocas, cuyo costo elevó, de ocho mil millones de dólares, a casi 30 mil millones. ¿Motu proprio? ¿O lo propuso al jefe de jefes y hubo consentimiento negociado?
El senador Colosio afirma que su partido ha documentado por lo menos 25 casos de amenazas en contra de candidatos de su partido a las elecciones para descuartizar el Poder Judicial, el primero de junio y señaló que la seguridad se necesita hoy. No la próxima semana. La Presidenta tiene otra idea. Dijo que luego se reunirá con la gobernadora, para determinar qué hacer.
¿Cuál será el resultado? Que no habrá ninguna acción. ¿Y saben por qué? Porque las amenazas las hace el crimen organizado de mil cabezas. Armado hasta los dientes. Acostumbrado a actuar para complacer al gobierno. Porque, además, le conviene también esa farsa de elección.
El senador dijo: ’las autoridades han tirado la toalla’ y es cierto. Porque se trata de resolver, que es difícil. No de apropiarse de lo Ajeno. Que es muy fácil.
Especialistas de México Evalúa e Integralia Consultoría, aseveran que la impunidad, los crímenes, secuestros, desapariciones por cuestiones político-electorales que se cometieron el sexenio pasado, es de 99 por ciento. Como consecuencia de la debilidad institucional del Estado en sus tres niveles de gobierno. Del fracaso en los protocolos de seguridad para proteger a los candidatos a cargos de elección popular, de funcionarios y ex servidores públicos.
Armando Vargas, coordinador del programa de seguridad de México Evalúa, dijo que ’hoy, una organización criminal puede eliminar a un actor político porque es posible y no le representa un costo político, económico o social, incluyendo enfrentar a la justicia. Hay debilidad del Estado. Hoy, el Estado mexicano en su conjunto: federación, gobiernos estatales y municipales, tiene muy poca capacidad de reacción frente al fuego del crimen organizado’.
¿Quién en su sano juicio se atrevería a refutarlo, cuando es exactamente lo que hemos vivido desde 2018, en que se creó ese idilio entre autoridad y criminales? Esto nos hace pensar que la resolución que tome la Presidenta y la gobernadora, si es que ocurre, no será más que para la foto o para decir en alguna mañanera, si es que alguien pregunta, que ya se tomaron providencias. Que también en Veracruz usarán el Himno Nacional y que se defenderá la soberanía. Que los hornos de leña son mejores o algo por el estilo.
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