Videgaray, el Dr. No

Cuando una persona mantiene un trato cortés y amable con todos, se dice que es una persona diplomática, por extensión a la característica de los hombres y mujeres dedicados precisamente a la diplomacia.
Pero cuando el encargado de la diplomacia de México confiesa que aprenderá su oficio sobre la marcha al llegar a la Secretaría de Relaciones Exteriores y su trato con el resto del mundo es todo menos diplomático, poco o nada puede esperarse de su eficiencia.
Así, el doctor en economía, por el Massachusetts Institute of Technology, no solo desconoce la tarea de sus antecesores en ese puesto sino que carece de la cultura y aprendizaje de la historia nacional, producto de estudiar en el extranjero. Durante buena parte del siglo pasado la política exterior de nuestro país fue ejemplo para el mundo, sostuvo el liderazgo de México en América Latina y su dimensión en el resto del planeta era de respeto y admiración. Ahora la imagen de México en el planeta es de drogas y políticos corruptos.
La desatención a la propia historia y el desconocimiento de la práctica diplomática hace ver al secretario de Relaciones Exteriores como un hombre que todavía no se ha dado cuenta de que la guerra fría terminó. Más bien parece el Ministro de Guerra de alguna dictadura militar sudamericana de los 70, acatando las órdenes de Estados Unidos quien determina los amigos y enemigos de su nación.
Para Luis Videgaray, el abandono de la diplomacia en su breve estancia en la secretaría de Relaciones Exteriores, es parte de sus atribuciones. Tiene 10 meses en la SRE y todavía no entiende la esencia de la política exterior del país.
Desde su llegada a ese cargo la palabra favorita del doctor Videgaray ha sido ’no’. La emprendió contra Maduro, todo por ser enemigo de su amigo Donald Trump. Dijo que no había libertad en Venezuela y que no legitimaba a Nicolás Maduro. A Videgaray, no le importó que sólo aceptara su invitación sólo un candidato a la Presidencia de Estados Unidos, prácticamente le dijo no a Hillary Clinton y al Partido Demócrata.
Luego arremetió contra Corea del norte, y le dio 24 horas al embajador de ese país en México para que abandonara el país. No admitió los argumentos de ese país asiático.
Ahora habla no sólo en nombre del gobierno mexicano sino de los mexicanos y afirma que no reconocerá no reconocerá la independencia de Cataluña respecto de España, a la que califica de unilateral. Como si a lo largo de la historia las independencias se declararan a través de un pacto.
Pero cuando se trata de Estados Unidos para el secretario Videgaray todo es sí. Ante esta hermandad sumisa Luis Videgaray se reunión con el subsecretario de Estado de Estados Unidos, John Sullivan,. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, señaló en conferencia de prensa desde Washington que la reunión sirvió para hablar sobre Venezuela, la lucha contra los carteles y la migración hacia el norte desde Centroamérica.
Videgaray hizo el ridículo ante el mundo una vez que corrió al embajador de corea del norte, y días después la Casa Blanca, la de Washington, propuso un diálogo con ese país. Es decir, el único país enemistado con Corea del norte fue México, a causa de la poca pericia en el oficio del secretario de Relaciones Exteriores.
Ver la diplomacia únicamente como puente para los negocios propios y de los amigos empresarios niega una realidad que es aplastante para la mayoría de los mexicanos. La miseria crece en México y los desplantes del Dr. No en nada contribuyen al equilibrio económico en el país.
Ser el Dr. No, de nuestra actual diplomacia implica también negar buena parte de nuestra realidad, precisamente la que no quiere ver Videgaray.